¿Qué es una oveja negra?

Cuando hablamos de ovejas negras rápido pensamos en diferentes. En una persona desadaptada o problemática. En alguien que no quiere seguir las reglas. ¿Habrá algo de cierto en eso?  La realidad es que sí, somos personas que no encajamos en los paradigmas establecidos por la sociedad.

La situación no está en lo que se define, sino en lo que se vive. Cuando nacemos, ya venimos con una programación, con una identidad. A medida que comenzamos a crecer nuestra identidad empieza a chocar con la que nos van imponiendo. Creando una ruptura, un vacío que sigue creciendo con el tiempo. Perdemos nuestra afinidad con nuestro ser, y surge una nueva personalidad que lucha entre lo que es y lo que debe ser.

Con esta nueva personalidad, viene un nuevo nombre: Oveja Negra. Nos han puesto una etiqueta que por mucho tiempo no logramos entender. Estableciendo un camino doloroso, frustrante y agotador. Llevándonos a sentirnos incomprendidos y juzgados. Juzgados por ser persistentes (tercos), apasionados (exagerados), por defender nuestros ideales (rebeldes). Juzgados simplemente por ser nosotros mismos.

Tratan de encerrarnos en una caja idealizada con lo que esperan de nosotros. En la cual, buscan erradicar nuestra identidad. Generando una guerra de emociones, donde los juicios van dejando marcas en la piel, e incluso, algunos están marcados en nuestro ser. El vacío se engrandece. Nada tiene sentido. Originándose una lucha contra nosotros mismos; sin importar que eso ocasione nuestra destrucción.

¿Cuántas veces hemos gritado y peleado en el silencio? Ese espacio en el que las voces se han ido acumulando hasta provocar un punto de quiebre. Ya no hay fuerza para continuar la lucha. Nos quitamos la privación de poder ser, en esencia, nosotros mismos.  La confusión y la desesperación comienzan a desaparecer por una pequeña grieta ubicada en el centro del pecho. Entre el silencio y el caos nuestra identidad va aflorando. Un susurro enredado en la brisa nos deja saber que todo estará bien. Y preguntándonos: “¿Estamos listos para cambiar? ¿Podremos dejar atrás las críticas y los juicios? ¿Seremos capaces de aceptarnos cómo somos? ¿Será que nuestra luz al fin podrá brillar?”

Se dice que hemos venido para sanar nuestro linaje, para liberar a otros; pero eso no sucederá si nosotros no lo hacemos primero. Para ello debemos pensar, ¿qué queremos de la vida? Si comprendemos el para qué estamos aquí, ya estaremos dando un salto cuántico en nuestra transformación. Podemos hacer lo que queramos; ya no hay límites en nuestra mente. Si logramos aceptarnos y hacer los cambios necesarios, podremos crear un cambio en el mundo.

Sigamos revelándonos. No dejemos que otros proyecten sus culpas en nosotros. Aprendamos andar con un equipaje liviano. ¡No tenemos que cumplir con las expectativas de otros! Y lo más importante es amarnos y reconocernos, simplemente por ser nosotros.

Ser la oveja negra no es un crimen,

es un derecho excepcional a ser único y diferente:

tú mismo.

Publicado por OvejaNegra

Amando y valorando quien soy.

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